Desde el momento en que nace nuestro bebé se da inicio a una revolución hormonal que asociada a todo este nuevo proceso que estamos viviendo genera una serie de sensaciones abrumadoras que traen consigo confusión e incomodidad entorpeciendo nuestra adaptación a la maternidad.

Esta situación influye negativamente en todos los demas aspectos tales como la lactancia debido a que en presencia de estas emociones negativas se altera la producción y por ende la cantidad de leche; las relaciones socioafectivas debido a la dificultad del circulo familiar para entender los sentimientos que la madre esta experimentando entre otros.